¿Y si el diseño industrial se enseña mal?

Pongamos por caso que hoy el diseño industrial se enseña mal. Y preguntémonos si gran parte de los nuevos y futuros alumnos de diseño, neófitos en el mejor de los casos cuando no atrofiados por un idealismo fantasioso, son y serán conscientes de que existen (o existían) otros modos (y otros lugares académicos) más sólidos en los que aprender nuestro oficio.
La respuesta es seguramente; no. Y lo que es peor, a medida que aumenten las promociones más borrosa será la historia y su verdad.

Pongamos por caso que hoy el diseño industrial se enseña mal. Y preguntémonos cuántas generaciones harán falta para que un solo alumno, mañana profesional, tome consciencia de las carencias de su trabajo y ante el reconocimiento de su vacío desarrolle un pensamiento lo suficientemente importante como para cambiar las cosas. Y lógicamente tenga, no solo el poder sino las ganas de hacerlo.
Quien sabe… Pero para entonces seguramente será demasiado tarde y el diseño, o aquello que habíamos llamado normalmente diseño, será ya otra cosa bien distinta. No porque lo queramos algunos sino porque así lo creerán una adoctrinada mayoría y así lo ejercerán profesionalmente también. El olvido, el mercado y la aceptación social de la mediocridad harán el resto. Y estas palabras y todo lo que pueden significar serán negadas.

Pongamos por caso que hoy el diseño industrial se enseña mal y que queramos cambiar la situación. La solución se hallaría probablemente en no permitir quemar del todo nuestra historia. Y sobre todo en retomar la confianza en aquellos que una vez lo aprendieron y lo enseñaron de una forma mejor, dejándonos todo un legado proyectual que nos permite contrastar objetivamente la enorme devaluación intelectual y práctica que ha venido sufriendo el diseño en las últimas décadas.

Pongamos por caso que mañana el diseño se enseña mejor porque existen afortunadamente diseñadores comprometidos con el diseño más allá de su propio y estricto trabajo como diseñadores.

Pongamos por caso que todo es posible...

Septiembre 2016

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