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En diseño industrial saber marcar los tiempos no solo es algo importante sino que sin este control es muy difícil lograr, con el grado de exigencia deseado, las metas pretendidas.
Pero, ¿Qué es esto de marcar los tiempos?
Sencillamente es tener en cuenta y saber gestionar ciertas “desconexiones” que van a existir mientras diseñamos. Son periodos reflexivos y etapas de análisis automáticos que se dan dentro del desarrollo de todo proyecto. Sobretodo en las fases de gestación de las ideas generales de la propuesta.
Y dado que obligatoriamente vamos a tener que convivir con estos estadios de OFF, es necesario controlarlos para que las ideas no lleguen, ni antes (con falta de reflexión) ni después (ya tarde) sino en su justo tiempo.
Coincidiremos en que el diseño industrial se lleva a cabo mediante un proceso intelectual y analítico en el que nuestras ideas deben disponer, por norma general, de un tiempo prudencial para su propia maduración.
Es fácil entender que nuestras ideas deben ponerse constantemente en orden (también a partir de estas desconexiones) si tenemos en cuenta que durante el desarrollo de un proyecto de diseño industrial se trabaja con un elevadísimo volumen de información y analizamos infinidad de datos, cruzamos multitud de variables, lanzamos planteamientos, nos brotan imágenes que no controlamos y un sinfín de aspectos que además debemos ir validando para establecer lo que es descartable, posible, factible y viable. Todo ello además dentro de los límites del encargo.
El diseño se conforma de procesos que desgastan bastante así que gestionar bien los tiempos y no ensimismarse y/o empecinarse en pretender, a toda costa, dar con la solución, no solo es vital para lograr los objetivos y "no morir en el intento" sino que nos causarán menos ansiedad.
Sin este aireamiento muy probablemente obtendremos una visión muy mermada. Perderemos con facilidad la consciencia de lo válido y lo no válido y abriremos la puerta a lo más subjetivo. Tenderemos a entenderlo todo -deformadamente- como bueno.
Y es que aunque parezca que a mayor concentración y dedicación se dan los mejores resultados, sin un alejamiento intencionado es imposible obtener una visión mucho más objetiva de ellos. Una visión realmente clara que nos permita establecer su más correcta validez.
En ninguna faceta de la vida las prisas son buenas compañeras y en diseño industrial no iban a ser menos. Lamentablemente esto no quiere decir que si somos capaces de lograr evitar las prisas organizando un calendario perfecto estaremos liberados de la presión del proyecto. Aunque no es así, bajo una buena organización la presión siempre es más soportable.
En cualquier caso, no olvidemos nunca que el calendario debe establecerse siempre contemplando que a cada fase de análisis deberá existir una fase reflexiva que siempre debemos tener en cuenta.
La experiencia nos dice, siempre hablando en términos generales, que por mucho que lo deseemos las ideas solo vendrán a su debido tiempo y solo si realizamos el proceso de forma adecuada. Pese a lo que muchos dicen no hay grandes misterios en creatividad. Solo buenos métodos.
No seamos ilusos creyendo que la aparición "inesperada" de las ideas es algo incontrolable porque su origen es divino. Nada más lejos, más bien todo lo contrario, tener ideas es algo más bien prosaico.
Conocer nuestros procesos mentales al respecto de la generación de ideas nos permitirá mejorarlos y al igual que hace un ordenador, podremos habilitarlos en un segundo plano para que la materia gris trabaje "sola" por nuestro proyecto. Entendiendo este procedimiento podremos controlar y establecer este tiempo de maduración con mucha precisión. Solo hay que saber cuando y cómo debe darse.
Posiblemente sería ante la evidencia de cómo funcionaban estos procesos creativos que alguien, de forma muy acertada, acuñó la frase que da titulo a la reflexión de hoy. Así que tengámoslo siempre en cuenta:
Si las ideas no nos vienen a la cabeza, ¡cojamos el sombrero y salgamos a pasear!.
Iniciar un proyecto de diseño industrial sin tener la capacidad de levantar la mirada cada cierto tiempo, nos dará como resultado un proyecto muy posiblemente mermado o viciado subjetivamente.
Febrero de 2012