Hemos recibido el encargo de un profesional liberal que desea disponer de su propia imagen corporativa, que más que ajustada a un proyecto de empresa cómo tal (que lo quiere también) desea que la marca comunique por encima de todo su personalidad como profesional y su exclusivo servicio. Cómo encargo no es diferente a la realización de la marca para una entidad abstracta y/o empresarial si bien aquí se nos plantea el reto de conjugar una comunicación muy subjetiva basada en lo personal (del cliente) con valores claramente objetivos que nos permitan expresar el carácter global del servicio y la magnitud empresarial. Un reto muy atractivo en el que esperamos no defraudar la confianza depositada.